Trigal nació en Santiago hace 23 años, pero parte de su linaje por línea materna proviene de Quirihue, en la Región de Ñuble, localidad donde antaño era posible escuchar incontables voces de cantoras que daban vida a espacios y momentos para el encuentro comunitario.
A partir del teatro descubrió el trabajo de investigación de Violeta Parra en torno al cancionero tradicional campesino, y desde allí fue encontrándose con este universo musical, en una exploración cargada de emoción e identidad. Actualmente estudia Teoría de la Música en la Universidad de Chile, y a la vez realiza un camino de aprendizaje de la guitarra campesina junto a Patricia Chavarría.
Para mí fue muy importante saber que eran mujeres quienes cultivaban este oficio, así como muchos otros más. Yo como mujer, por ende, me siento mucho más cercana y conectada a lo que vendría siendo un tipo de “encarnación” de cantos y sentires que atesoraban las mujeres campesinas.
Trigal nació en Santiago hace 23 años, pero parte de su linaje por línea materna proviene de Quirihue, en la Región de Ñuble, localidad donde antaño era posible escuchar incontables voces de cantoras que daban vida a espacios y momentos para el encuentro comunitario.
A partir del teatro descubrió el trabajo de investigación de Violeta Parra en torno al cancionero tradicional campesino, y desde allí fue encontrándose con este universo musical, en una exploración cargada de emoción e identidad. Actualmente estudia Teoría de la Música en la Universidad de Chile, y a la vez realiza un camino de aprendizaje de la guitarra campesina junto a Patricia Chavarría.
Para mí fue muy importante saber que eran mujeres quienes cultivaban este oficio, así como muchos otros más. Yo como mujer, por ende, me siento mucho más cercana y conectada a lo que vendría siendo un tipo de “encarnación” de cantos y sentires que atesoraban las mujeres campesinas.