Oriunda de Guarilihue, la señora Alba Rosa se dedica junto a su familia al cultivo de la viña y a la producción de vinos tradicionales. Desde hace más de 20 años trabaja en la elaboración de artesanías en pita y calabazas. Su vinculación con este último fruto proviene de su primera infancia, específicamente a través de su abuela, quien cultivaba calabazas y las utilizaba como vasijas para el agua y el vino, luego de tratarlas y “curarlas” con lejía y aguardiente.
Yo las curo con aguardiente, primero las lavo con lejía y después las curo con aguardiente. Las lleno con cenizas pa’ que bote todo el pelito blanco que tiene adentro, las dejo ahí varios días y las voy moviendo. Unos 8 días estarán en eso. Después las lavo, les echo aguardiente y las voy moviendo. Después las lavo de nuevo y quedan sin ningún olor, están llegar y echarle vino o agua.
Oriunda de Guarilihue, la señora Alba Rosa se dedica junto a su familia al cultivo de la viña y a la producción de vinos tradicionales. Desde hace más de 20 años trabaja en la elaboración de artesanías en pita y calabazas. Su vinculación con este último fruto proviene de su primera infancia, específicamente a través de su abuela, quien cultivaba calabazas y las utilizaba como vasijas para el agua y el vino, luego de tratarlas y “curarlas” con lejía y aguardiente.
Yo las curo con aguardiente, primero las lavo con lejía y después las curo con aguardiente. Las lleno con cenizas pa’ que bote todo el pelito blanco que tiene adentro, las dejo ahí varios días y las voy moviendo. Unos 8 días estarán en eso. Después las lavo, les echo aguardiente y las voy moviendo. Después las lavo de nuevo y quedan sin ningún olor, están llegar y echarle vino o agua.