Desde su primera infancia don Adán Ruiz modelaba maderas como parte de una inclinación natural. En la juventud adquirió el oficio, siendo ayudante de don Juan Castillo, destacado maestro de la tonelería en Guarilihue. En épocas de gran desarrollo de este oficio, se desplazó por el centro y sur de Chile construyendo bodegas, armando y reparando toneles de distinta envergadura, que le dieron el reconocimiento que hoy posee.
El trabajo en vasijas requiere paciencia y requiere tino por, sobre todo, para que quede bueno, porque si a usted una cuba le queda como un canasto no le sirve. Tienen que estar bien tomados los putos todo perfecto, porque se le va a echar líquido.
Desde su primera infancia don Adán Ruiz modelaba maderas como parte de una inclinación natural. En la juventud adquirió el oficio, siendo ayudante de don Juan Castillo, destacado maestro de la tonelería en Guarilihue. En épocas de gran desarrollo de este oficio, se desplazó por el centro y sur de Chile construyendo bodegas, armando y reparando toneles de distinta envergadura, que le dieron el reconocimiento que hoy posee.
El trabajo en vasijas requiere paciencia y requiere tino por, sobre todo, para que quede bueno, porque si a usted una cuba le queda como un canasto no le sirve. Tienen que estar bien tomados los putos todo perfecto, porque se le va a echar líquido.